¿Por qué los incendios en Los Ángeles se descontrolaron tan rápido?

Publicado: 08 / 01 /2025

¿Cómo le explicamos a nuestros amigos y amigas en el bar lo que está pasando en California? Imaginate esto: Los Ángeles está lidiando con unos incendios que parecen estar sacados de una película de acción. Hace poco, el Servicio Nacional de Meteorología ya había dado la señal de alerta: se nos vienen unos vientos que no son joda, de esos que pueden prender fuego todo a su paso.

Así arrancó la historia: miércoles a la noche, el viento sopla fuerte y seco como papel viejo, y de repente, uno a uno, se fueron encendiendo varios incendios por Los Ángeles. Los vientos no se andan con chiquitas, alcanzando hasta 145 km/h. El miércoles todavía iba a empeorar. El incendio de Eaton lleva quemadas 809 hectáreas y ha obligado a evacuar parte de la zona urbana. En Sylmar, el incendio de Hurst crece como chancho y se ha bajado un pedazo de la Interestatal 5. ¡Y ni hablar del incendio de Palisades, que sigue avanzando sobre Santa Mónica, Brentwood y Malibu, metiendo miedo a los que andan por ahí!

Un goma de Pacific Palisades mira cómo el fuego va consumiendo un negocio del barrio. La situación es tal que ya evacuaron a pila de gente, y mientras tanto, el viento sigue alimentando las llamas, que siguen creciendo sin parar.Jon Putman – SOPA Images via ZUMA Press Wire

El clima es el que está jugando en contra. Nada de lluvias a la vista, como si hubiese una seca eterna que ha dejado todo listo para prenderse fuego al toque. Y Alex Hall, que la tiene clara con el clima y labura en UCLA, cantó la justa: sin lluvias en noviembre como otras veces, las plantas andan sedientas.

¡Imaginate! No cayó ni una gota de agua, y los vientos de Santa Ana andan haciendo de las suyas, permitiendo que el fuego se extienda sin freno desde octubre.

Un bombero intentando combatir el incendio de Palisades mientras una casa se consume en el barrio Pacific Palisades de Los ÁngelesEthan Swope, Foto AP/Ethan Swope – FR171736 AP

La cosa también se complicó tanto que para prevenir más el lío, Southern California Edison cortó la luz a 75.000 clientes. Ni hablar de los riesgos que seguirán presentes durante todo lo que queda de semana. No es solo que el fuego ya está descontrolado, sino que los pronósticos nada favorables siguen encendiendo el semáforo rojo.

Esto está pasando, y antes no pasaba tan seguido, pero ya no sorprende en un lugar donde el clima, por un lado, y la sequía por el otro, se han hecho moneda corriente.

Por Diana Leonard

The Washington Post

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